Detrás del Museo del Chocolate está el Gremio de Pastelería de Barcelona, que rinde un homenaje colosal a este delicioso producto.
Investigación o divulgación
Quien entra en el Museo del Chocolate no sabe qué le espera: el proyecto museográfico del centro es todo un ejercicio sensorial que invita a los visitantes a experimentar e interactuar con este producto. El museo, además, es un magnífico difusor de la tradición pastelera catalana, íntimamente vinculada al chocolate y a la creación artística: las monas de Pascua, las impresionantes figuras de chocolate que los padrinos regalan a sus ahijados el Lunes de Pascua, son el ejemplo más elocuente.
Una tienda para chuparse los dedos
En la tienda del museo es casi imposible no caer en la tentación: venden chocolate en abundancia, en creaciones deliciosas y originales: hay tabletas con frutas, con más o menos cacao, con aceite de oliva o crema catalana, e, incluso, con miel y requesón. La elección, dificilísima. El Museo del Chocolate forma parte del proyecto Raval Cultural, una suma de más de trescientas ofertas culturales que ofrece el barrio.